Liturgia de las horas

Hora Intermedia

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R.Señor, date prisa en socorrerme.
 
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
 
HIMNO

El mundo brilla de alegría.
Se renueva la faz de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.

Ésta es la hora
en que rompe el Espíritu
el techo de la tierra,
y una lengua de fuego innumerable
purifica, renueva, enciende, alegra
las entrañas del mundo.

Ésta es la fuerza
que pone en pie a la Iglesia
en medio de las plazas
y levanta testigos en el pueblo,
para hablar con palabras como espadas
delante de los jueces.

Llama profunda,
que escrutas e iluminas
el corazón del hombre:
restablece la fe con tu noticia,
y el amor ponga en vela la esperanza,
hasta que el Señor vuelva.

SALMODIA

Ant. 1. A ti grito, Señor, esperando tus palabras.

Salmo 118, 145-152
XIX (Kof)

Te invoco de todo corazón:
respóndeme, Señor, y guardaré tus leyes;
a ti grito: sálvame,
y cumpliré tus decretos;
me adelanto a la aurora pidiendo auxilio,
esperando tus palabras.
 
Mis ojos se adelantan a las vigilias,
meditando tu promesa;
escucha mi voz por tu misericordia,
con tus mandamientos dame vida;
ya se acercan mis inicuos perseguidores,
están lejos de tu voluntad.
 
Tú, Señor, estás cerca,
y todos tus mandatos son estables;
hace tiempo comprendí que tus preceptos
los fundaste para siempre.

Ant. A ti grito, Señor, esperando tus palabras.

Ant. 2. El Señor sabe que los pensamientos del hombre son insustanciales.

Salmo 93
INVOCACIÓN A LA JUSTICIA DE DIOS CONTRA LOS OPRESORES
El vengador de todo esto es el Señor. Dios no nos ha llamado a una vida impura, sino sagrada (1 Ts 4, 6. 7).
I

Dios de la venganza, Señor,
Dios de la venganza, resplandece.
Levántate, juzga la tierra,
paga su merecido a los soberbios.
 
¿Hasta cuándo, Señor, los culpables,
hasta cuándo triunfarán los culpables?
Discursean profiriendo insolencias,
se jactan los malhechores;
 
trituran, Señor, a tu pueblo,
oprimen a tu heredad;
asesinan a viudas y forasteros,
degüellan a los huérfanos,
y comentan: "Dios no lo ve,
el Dios de Jacob no se entera".
 
Enteraos, los más necios del pueblo,
ignorantes, ¿cuándo discurriréis?
El que plantó el oído ¿no va a oír?
El que formó el ojo ¿no va a ver?
 
El que educa a los pueblos ¿no va a castigar?
El que instruye al hombre ¿no va a saber?
Sabe el Señor que los pensamientos del hombre
son insustanciales.

Ant. El Señor sabe que los pensamientos del hombre son insustanciales.

Ant. 3. El Señor será mi alcázar y mi roca de refugio.

II

Dichoso el hombre a quien tú educas,
al que enseñas tu ley,
dándole descanso tras los años duros,
mientras al malvado le cavan la fosa.
 
Porque el Señor no rechaza a su pueblo,
ni abandona su heredad:
el justo obtendrá su derecho,
y un porvenir los rectos de corazón.
 
¿Quién se pone a mi favor contra los perversos,
quién se coloca a mi lado frente a los malhechores?
Si el Señor no me hubiera auxiliado,
ya estaría yo habitando en el silencio.
 
Cuando me parece que voy a tropezar,
tu misericordia, Señor, me sostiene;
cuando se multiplican mis preocupaciones,
tus consuelos son mi delicia.
 
¿Podrá aliarse contigo un tribunal inicuo
que dicta injusticias en nombre de la ley?
 
Aunque atenten contra la vida del justo
y condenen a muerte al inocente,
el Señor será mi alcázar,
Dios será mi roca de refugio.
 
Él les pagará su iniquidad,
los destruirá por sus maldades,
los destruirá el Señor, nuestro Dios.

Ant. El Señor será mi alcázar y mi roca de refugio.

TERCIA

LECTURA BREVE Rm 1, 16-17

Yo no me avergüenzo del Evangelio: es la fuerza de salvación de Dios para todo el que cree, primero para el judío, pero también para el griego. Porque en él se revela la justicia salvadora de Dios para los que creen, en virtud de su fe, como dice la Escritura: «El justo vivirá por su fe.»

V. A toda la tierra alcanza su pregón.
R. Y hasta los límites del orbe su lenguaje.
 
SEXTA

LECTURA BREVE 1Ts 2, 2b-4

Tuvimos valor -apoyados en nuestro Dios- para predicaros el Evangelio de Dios en medio de fuerte oposición. Nuestra exhortación no procedía de error o de motivos turbios, ni usaba engaños, sino que Dios nos ha aprobado y nos ha confiado el Evangelio, y así lo predicamos, no para contentar a los hombres, sino a Dios.

V. Guardaron los preceptos del Señor.
R. Las normas y mandatos que les ordenó.
 
NONA

LECTURA BREVE 2 Tm 1, 8b-9

Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios. Él nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestros méritos, sino porque dispuso darnos su gracia, por medio de Jesucristo.

V. Estad alegres, dice el Señor.
R. Porque vuestros nombres están inscritos en el cielo.

ORACIÓN

Señor y Dios nuestro, que elegiste a san Lucas para que nos revelara, con su predicación y sus escritos, tu amor a los pobres, concede, a cuantos se glorían en Cristo, vivir con un mismo corazón y un mismo espíritu y atraer a todos los hombres a la salvación. Por nuestro Señor Jesucristo.

CONCLUSIÓN

V. Bendigamos al Señor.  
R. Demos gracias a Dios.

Página web desarrollada con el sistema de Ecclesiared

Aviso legal | Política de privacidad | Política de cookies