Liturgia de las horas

Laudes

V. Señor, ábreme los labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

INVITATORIO

Ant. El Señor está cerca, venid, adorémosle.

Salmo 99
ALEGRÍA DE LOS QUE ENTRAN EN EL TEMPLO
Los redimidos deben entonar un canto de victoria (S. Atanasio).

Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con aclamaciones.

Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.

Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:

«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. 

Ant. El Señor está cerca, venid, adorémosle. 

HIMNO

Ya muy cercano, Emmanuel
hoy te presiente Israel,
que en triste exilio vive ahora
y redención de ti implora.
 
Ven ya, del cielo resplandor,
Sabiduría del Señor,
pues con tu luz, que el mundo ansía,
nos llegará nueva alegría.
 
Llegando estás, Dios y Señor,
del Sinaí legislador,
que la ley santa promulgaste
y tu poder allí mostraste.
 
Ven, Vara santa de Jesé,
contigo el pueblo a lo que fue
volver espera, pues aún gime
bajo el cruel yugo que lo oprime.
 
Ven, Llave de David, que al fin
el cielo abriste al hombre ruin
que hoy puede andar libre su vía,
con la esperanza del gran día.
 
Aurora tú eres que, al nacer,
nos trae nuevo amanecer,
y, con tu luz, viva esperanza
el corazón del hombre alcanza.
 
Rey de la gloria, tu poder
al enemigo ha de vencer,
y, al ayudar nuestra flaqueza,
se manifiesta tu grandeza. Amén.

SALMODIA

Ant. 1. Vendrá el Señor y no tardará: iluminará lo escondido en las tinieblas y se manifestará a todos los hombres. Aleluya.

Salmo 92
GLORIA DEL DIOS CREADOR
Reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo; alegrémonos y gocemos y démosle gracias (Ap 19, 6. 7).

El Señor reina, vestido de majestad,
el Señor, vestido y ceñido de poder:
así está firme el orbe y no vacila.
 
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno.
 
Levantan los ríos, Señor,
levantan los ríos su voz,
levantan los ríos su fragor;
 
pero más que la voz de aguas caudalosas,
más potente que el oleaje del mar,
más potente en el cielo es el Señor.
 
Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término.

Ant. Vendrá el Señor y no tardará: iluminará lo escondido en las tinieblas y se manifestará a todos los hombres. Aleluya.

Ant. 2. Los montes y las colinas se abajarán, lo torcido se enderezará y lo escabroso se igualará; ven, Señor, no tardes. Aleluya.

Cántico Dn 3, 57-88. 56
TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR
Alabad al Señor, sus siervos todos (Ap 19, 5).

Criaturas todas del Señor,
  bendecid al Señor,
  ensalzadlo con himnos por los siglos.
 
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
  cielos, bendecid al Señor.
  Aguas del espacio, bendecid al Señor;
  ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
 
Sol y luna, bendecid al Señor;
  astros del cielo, bendecid al Señor.
  Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
  vientos todos, bendecid al Señor.
 
Fuego y calor, bendecid al Señor;
  fríos y heladas, bendecid al Señor.
  Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
  témpanos y hielos, bendecid al Señor.
 
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
  noche y día, bendecid al Señor.
  Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
  rayos y nubes, bendecid al Señor.
 
Bendiga la tierra al Señor,
  ensálcelo con himnos por los siglos.
  Montes y cumbres, bendecid al Señor;
  cuanto germina en la tierra,
  bendiga al Señor.
 
Manantiales, bendecid al Señor;
  mares y ríos, bendecid al Señor.
  Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
  aves del cielo, bendecid al Señor.
 
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
  ensalzadlo con himnos por los siglos.
  Hijos de los hombres, bendecid al Señor
  bendiga Israel al Señor.
 
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
  siervos del Señor, bendecid al Señor.
  Almas y espíritus justos,
  bendecid al Señor;
  santos y humildes de corazón,
  bendecid al Señor.
 
Ananías, Azarías y Misael,
  bendecid al Señor;
  ensalzadlo con himnos por los siglos.
 
Bendigamos al Padre y al Hijo
  con el Espíritu Santo,
  ensalcémoslo con himnos por los siglos.
 
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
  alabado y glorioso
  y ensalzado por los siglos.
Al final de este cántico no se dice Gloria al Padre.

Ant. Los montes y las colinas se abajarán, lo torcido se enderezará y lo escabroso se igualará; ven, Señor, no tardes. Aleluya.

Antífona 3 Salvaré a Sión y mostraré mi gloria en Jerusalén. Aleluya.

Salmo 148
ALABANZA DEL DIOS CREADOR
Al que se sienta en el trono y al Cordero la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos (Ap 5, 13).

Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo, todos sus ángeles;
alabadlo todos sus ejércitos.
 
Alabadlo, sol y luna;
alabadlo, estrellas lucientes.
Alabadlo, espacios celestes
y aguas que cuelgan en el cielo.
 
Alaben el nombre del Señor,
porque él lo mandó, y existieron.
Les dio consistencia perpetua
y una ley que no pasará.
 
Alabad al Señor en la tierra,
cetáceos y abismos del mar,
rayos, granizo, nieve y bruma,
viento huracanado
que cumple sus órdenes,
 
montes y todas las sierras,
árboles frutales y cedros,
fieras y animales domésticos,
reptiles y pájaros que vuelan.
 
Reyes y pueblos del orbe,
príncipes y jefes del mundo,
los jóvenes y también las doncellas,
los viejos junto con los niños,
 
alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra;
él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido.

Ant. Salvaré a Sión y mostraré mi gloria en Jerusalén. Aleluya.

LECTURA BREVE Is 11, 1-3a

Saldrá un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz brotará un vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y de temor del Señor.

RESPONSORIO BREVE

V. Sobre ti, Jerusalén, amanecerá el Señor.
R. Sobre ti, Jerusalén, amanecerá el Señor.
V. Su gloria aparecerá sobre ti.
R. Amanecerá el Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sobre ti, Jerusalén, amanecerá el Señor.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Entended que el reino de Dios está ya cerca; os aseguro que no tardará.

BENEDICTUS Lc 1, 68-79
EL MESÍAS Y SU PRECURSOR

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.
 
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
 
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
 
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
 
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
 
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. 

Ant. Entended que el reino de Dios está ya cerca; os aseguro que no tardará. 

PRECES

Oremos a Dios Padre, que trazó desde antiguo un plan de salvación para su pueblo, y digámosle:

Guarda a tu pueblo, Señor.
 
Oh Dios, que prometiste a tu pueblo un vástago que haría justicia,
— vela por la santidad de tu Iglesia.
 
Inclina, oh Dios, el corazón de los hombres a tu palabra,
— y afianza la santidad de tus fieles.
 
Por tu Espíritu consérvanos en el amor,
— para que podamos recibir la misericordia de tu Hijo que se acerca.
 
Haz que nos mantengamos firmes, Dios de clemencia,
— hasta el día de la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Pidamos ahora con gran confianza la venida del reino de Dios, con las palabras que Cristo nos enseñó:

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad  en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Padre nuestro.

ORACIÓN

Dios, creador y restaurador del hombre, que has querido que tu Hijo, Palabra eterna, se encarnara en el seno de María, siempre Virgen; escucha nuestras súplicas, y que Cristo, tu Unigénito, hecho hombre por nosotros, se digne hacernos partícipes de su condición divina. Por nuestro Señor Jesucristo.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

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